¿Es mejor ser hábil o ser competente?

Como profesional de TIC (Tecnologías de Información y Comunicaciones) debes preocuparte por seguirte desarrollando después de la escuela. Si no te capacitas frecuentemente, la tecnología avanza sin parar y puedes fácilmente volverte obsoleto.

Sin embargo, ¿cómo debería ser la capacitación que tomes? ¿Deberías adquirir conocimiento, habilidades o competencias?



Si le apuestas al conocimiento, eso está bien pero tu capacidad de retención no es infinita y a la larga podría ser cada vez menos importante. En un mundo en el que Google y Wikipedia son omnipresentes, la necesidad de retener conocimientos detallados es cada vez menor, pero la necesidad de juzgar si el conocimiento instantáneo que te da Internet es correcto se vuelve cada vez más importante. Esto último, sin embargo, no es una habilidad, sino una competencia.

¿Qué significa entonces el desarrollo de competencias? ¿Es verdaderamente posible o es algo con lo que naces? Y, ¿qué relación tiene con el desarrollo de habilidades?

Para intentar responder estar preguntas, primeramente tendríamos que definir a las habilidades como las diferentes capacidades que puede tener una persona para realizar tareas específicas en entornos específicos. Por ejemplo: configurar un equipo, administrar un servicio en la nube, etc.

Las habilidades tradicionalmente se adquieren mediante capacitación, práctica y repetición. Esto puede lograrse a través de un programa formal de enseñanza-aprendizaje o dependiendo de la complejidad del tema, de manera informal a través de la observación e imitación de las actividades laborales.

Evidentemente, cuando existe una intención y metodología de desarrollo de habilidades, éstas se pueden desarrollar en menor tiempo y de manera más efectiva. Tal fue, por ejemplo, el origen de los programas de "entrenamiento" militar que aplicaron las fuerzas armadas de los E.U. durante la Segunda Guerra Mundial. Sin dichos programas de desarrollo de habilidades, no hubiera sido posible formar tantos elementos como se necesitaba en su momento. Cabe recordar que en aquellas épocas había quien pensaba que un país que "no tenía arraigada la cultura bélica" no podría superar a otros países que sí la tenían (específicamente Alemania y Japón). Los programas de desarrollo de habilidades o "entrenamientos" vinieron a romper ese paradigma.

El día de hoy nos encontramos sistemas de desarrollo de habilidades en todas partes: instituciones de educación superior, centros de capacitación, certificaciones de fabricantes, programas de inducción y capacitación organizacionales, etc.

Un profesional de TIC está obligado a contar con habilidades muy sofisticadas que debe renovar con frecuencia para mantenerse a la par de la tecnología. Por eso expiran algunas certificaciones profesionales, por ejemplo.

Sin embargo, siempre pueden haber situaciones para las que no te encuentres preparado, y para las que tus certificaciones y cursos de capacitación no te hayan dado habilidades concretas.

Por ejemplo: 

  • Un cambio de plataforma tecnológica, un diferente fabricante o tecnologías que no existían hace unos cuantos años
  • Una emergencia, un desastre natural o una situación de alta demanda, para la cual la tecnología que dispones es momentáneamente insuficiente
  • Un incidente de seguridad informática que revela deficiencias en una tecnología que no conoces, pero que eres responsable de administrar
  • ¡Un ascenso! y de pronto tienes que administrar a otros seres humanos además de la tecnología, pero nunca has tomado clases de administración

¿Qué es lo único que te va a permitir enfrentar esas situaciones desesperadas? ¡Tus Competencias!

Las competencias se podrían definir como la capacidad de una persona para enfrentarse a situaciones para las que no se encuentra preparado, haciendo uso de sus conocimientos, habilidades, experiencia y hasta principios éticos para lograr una solución.

Existen competencias duras (todas las relacionadas con la tecnología, por ejemplo) y suaves (todas las relacionadas con las relaciones interpersonales). 

Todos nacemos sin habilidades pero con diferentes niveles de competencias. 

¿Pueden desarrollarse las competencias? La respuesta es un rotundo SI. Nuevamente esto puede suceder de manera informal, pero si quieres hacerlo rápidamente debes usar una metodología así como tener la intención de lograrlo.

Una buena metodología de desarrollo de competencias está basada en la retroalimentación constante. Un curso de capacitación que te permita tener una evaluación contínua de tu desempeño puede ayudarte mucho a percibir y dirigir tu proceso de aprendizaje.

Un tutor, mentor o coach también puede acelerar el desarrollo de tus competencias al dirigirte efectivamente.

Finalmente, debes ser honesto contigo mismo. El aprendizaje es una cuestión personal. Si deseas desarrollar tus competencias, debes ser capaz de aprender de tus propios errores. También debes poder identificar tus fortalezas y debilidades, para trazarte una ruta propia de desarrollo.

Una persona competente debe ser capaz de decir "no sé, pero lo investigo", y lograrlo.

Tus competencias te facilitarán adquirir las habilidades y el conocimiento que necesitas a lo largo de tu trayectoria profesional, no al revés. Enfócate en tus competencias, no solamente en tus conocimientos y habilidades.

Atrévete a tomar las riendas de tu carrera profesional y ¡desarrolla desde ahora tus competencias!