Coaching es un término de moda en administración de empresas el día de hoy. Tanto así, que ha pasado a nuestro lenguaje cotidiano. Sin embargo, es posible abusar del término y emplear expresiones como:
- Tienes que "coachear" a tu gente para que aprendan a hacer su trabajo (como si coaching fuera enseñar)
- ¿Quieres que te coachee? (como si coaching fuera ayudar)
- No lo dejes sólo, coachéalo (como si coaching fuera acompañar)
El problema con las expresiones anteriores es que implican diferentes concepciones de la palabra "coaching", y se podría argumentar que lo distorsionan. Lamentablemente, esto ha generado falsas expectativas del "coaching".
No ayuda mucho que existan múltiples variedades de coaching (poco más de una docena) y por supuesto, tampoco ayuda quien se autodenomine "coach" o "capacitador en Coaching" sin contar con una preparación adecuada ni una metodología científicamente soportada. En contraste, el proceso de desarrollo de un Coach Sistémico Certificado puede durar un par de años y costar miles de dólares.
Entonces ¿qué es un "coaching"? y ¿cómo sé si lo que voy a recibir vale la pena?
Examinemos el Coaching Sistémico, para tratar de entenderlo y lo que podemos lograr con su ayuda.
El Proceso de Coaching
Por principio de cuentas, "Coaching" es un proceso en el que participan dos seres humanos:
- Un Coach (quien guía el proceso)
- Un Coachee, o sea tú (quien hace el principal esfuerzo)
El proceso del Coaching Sistémico se realiza en sesiones de trabajo durante las cuales el Coach busca que el participante tome conciencia de sus propias motivaciones, su situación actual, y sus objetivos de transformación.
Con esta información el participante define un plan de trabajo para alcanzar las metas que él mismo se ha fijado. A lo largo del camino, el Coach ayuda al participante a revisar el avance en el cumplimiento de sus metas y motivarlo para lograrlas.
Consideraciones Importantes
En el Coaching, el que hace casi todo el trabajo ¡eres tú!
El Coach pregunta, motiva, sugiere, anima y te mantiene enfocado en tus metas. Sin embargo, tú diriges el proceso, y estableces los objetivos para tu propia transformación. Recuerda: tú eres el único experto en vivir tu propia vida.
El Coach no es un experto en todo, es decir, no siempre podrá decirte qué debes hacer para alcanzar tus metas, pero sí debería poder ayudarte a que tú mismo lo descubras. En este sentido, la experiencia que tenga tu Coach facilitará enormemente tu tarea.
Los principios éticos de tu Coach también serán muy importantes, ya que esta experiencia puede llegar a ser muy emocional y es necesario que tu Coach te sepa encauzar correctamente.
El Coaching no es psicoterapia, aunque si el Coach detecta que necesitas algo así, te lo va a sugerir.
Tus sesiones de trabajo y todo lo que platiques en ellas debe manejarse con estricta confidencialidad. Tu Coach no debe, por ejemplo, contarle a tu patrón sobre tus planes y ambiciones laborales a menos que tú explícitamente lo autorices.
Puedes asistir al Coaching en forma personal, o como parte de un equipo.
El proceso de Coaching puede realizarse como parte de otros procesos de la organización. Por ejemplo, algunas empresas lo usan durante las etapas de reclutamiento o selección de personal y en la inducción a la vida en la institución.
También puede aplicarse Coaching como una estrategia para la integración de equipos de trabajo y la alineación de metas, por ejemplo, al arrancar proyectos nuevos.
Los Resultados
Los resultados de un Coaching deben ser:
- Claridad en la identificación de tus objetivos
- Sentimiento de motivación para alcanzarlos
- Un plan de trabajo para tu transformación
- Revisión periódica de tus avances (opcionalmente)
Entonces ¿Coaching es para tí?
Sólo tú tienes la respuesta. ¡Atrévete a tomar las riendas de tu vida!